La leche materna contiene nutrientes esenciales para los recién nacidos y contribuye al desarrollo de su sistema de defensa inmunológica. Por esta razón, está bien documentado que dar pecho es beneficioso al evitar infecciones, alergias, enfermedades inflamatorias, diabetes y obesidad durante la niñez; pero lo que pocas personas saben es que el amamantamiento también puede reducir el riesgo de desarrollar leucemia.
The Childhood Leukemia International Consortium (El Consorcio Internacional sobre la Leucemia Infantil o CLIC) – un grupo de investigadores que combina los datos recopilados por más de 30 estudios epidemiológicos de todo el mundo (incluyendo nuestro estudio en California) – ha evaluado la relación entre el amamantamiento y la leucemia infantil. Basándose en los resultados de una encuesta a las madres de aproximadamente 7,400 niños con leucemia y las de 11,200 niños sanos, dar pecho durante 6 meses o más estaba asociado con un menor riesgo de leucemia (un efecto protector) en este estudio más grande de su tipo. Asimismo, un estudio realizado en Tejas demostró que el riesgo de leucemia aumentó con la duración de la alimentación con fórmula infantil y con la edad de introducción de alimentos sólidos – el Consorcio CLIC está realizando análisis para replicar estos resultados (ver el estudio de CLIC sobre el amamantamiento para más información).
Recientemente, dos investigadores de CIRCLE, el Dr. Stephen Rappaport (de la Universidad de California en Berkeley) y la Dra. Lauren Petrick (de la Facultad de Medicina Icahn en Mount Sinai), emplearon métodos de laboratorio nuevos para medir miles de moléculas que circulan por la sangre de los recién nacidos y que podrían predecir su riesgo de tener leucemia infantil en el futuro. Ellos demostraron niveles más altos de ácido linoleico y ácido y ácido linolénico en los recién nacidos que más tarde desarrollaron leucemia que en otros recién nacidos que gozaron de buena salud durante su niñez. La Dra. Petrick resumió lo que encontraron: